En 1871, se inició la construcción de este templo de estilo neoclásico con hermosas pinturas en su interior. En un principio fue ocupado por las religiosas de los Sagrados Corazones, luego por las Hermanas de la Caridad y en 1891 fue cedido a los Salesianos de Don Bosco, donde funcionaban talleres artesanales.
La construcción del templo pudo realizarse gracias a los donativos, materiales y limosnas que se colectaba entre los devotos de la Virgen de las Mercedes. En la imagen de la Virgen consta la leyenda “Una limosnita para mi templo”.
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